Reto de 7 días de Ayuno y Oración con Desierto #reto7diasAyunoyOracion

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Este nuevo reto que te proponemos desde Creciendo en Oración, busca que profundices en tu vida de oración. Este reto tiene una intensidad mayor al reto El Poder de la Oración – Desafío de 40 días, ya que incluye ayuno y desierto

“Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza”. (Daniel 9:3) 
  

Cuando nos privamos de algo como una comida, ver el programa de televisión que nos gusta, ver las redes sociales, una afición o cualquier otra cosa que hacemos habitualmente para centrar ese tiempo en Dios, estamos haciendo un ayuno. Tiene la intención de crear en nosotros un espacio vacío para ser llenado por el Señor. 

Las claves para el ayuno y la oración son la humildad y perseverancia, dando prioridad a nuestra relación con Dios y de clamar a Él por motivos específicos. La oración es un arma poderosa, para nosotros ser transformados por Dios después de pasar este tiempo de comunión íntima e intensa con Dios. 

El Reto de 7 días de Ayuno y Oración con Desierto comenzará el próximo domingo 04 de septiembre y finalizará el sábado 10. Espero puedas unirte e invitar a otros a orar. Si no puedes iniciarlo ese día, no te preocupes inícialo tan pronto puedas y síguelo en Instagram con la etiqueta #reto7diasAyunoyOracion

Tres son los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, la devoción sea constante, y la virtud permanente. Estos resortes se vitalizan recíprocamente y son: la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede y la misericordia recibe. 


El Ayuno 

El ayuno es el alma de la oración. La Biblia presenta el ayuno como algo que es bueno y beneficioso, siendo una práctica que encontramos tanto en el Antiguo Testamento (1 Reyes 21:9, Esdras 8:21, Ester 4.3, Jonás 3:5...) como en el Nuevo Testamento (Hechos 13:4; 14:23) y, con frecuencia va ligado a la oración (Lucas 2:37; 5:33). 


El propósito del ayuno debe ser quitar tus ojos de las cosas de este mundo y concentrarte en Dios. El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo, que tomas en serio tu relación con Él y te ayuda a obtener una nueva perspectiva y una renovada confianza hacia Dios. 

Aunque en la Escritura casi siempre el ayuno es la abstención de alimentos, existen otras maneras de ayunar. Cualquier cosa importante para ti, que puedas ceder temporalmente con el fin de concentrarte más en Dios, puede ser considerado como un ayuno (1 Corintios 7:1-5). El ayuno debe estar limitado a un tiempo determinado, especialmente cuando el ayuno es de comida. Los largos períodos de tiempo sin comer son dañinos para el cuerpo. La intención del ayuno no es castigar al cuerpo, sino el enfocarse en Dios. 

Al apartar nuestros ojos de las cosas de este mundo, podremos enfocarnos más en Cristo. El ayuno no es una forma de lograr que Dios haga lo que deseamos, tampoco es una manera de aparecer más espirituales que otros, sino que es una herramienta para humillar nuestro espíritu y practicar la presencia de Dios. 

La Oración 

A veces nos preguntamos por qué es necesario orar. Aquí te dejo algunas razones: 

1. Por obediencia a Dios - Lucas 2:36-38, Filipenses 4:6-7

2. Para seguir el ejemplo de Cristo y la iglesia primitiva - Marcos 1:35; Hechos 1:14; 2:42; 3:1; 4:23-31; 6:4; 13:1-3 

3. Como medio para que Dios intervenga en determinadas situaciones: 
  • Preparación para decisiones importantes (Lucas 6:12-13). 
  • Para derrotar la actividad demoníaca en la vida de las personas (Mateo 17:14-21). 
  • En la reunión de los obreros para la cosecha espiritual (Lucas 10:2). 
  • Para adquirir fortaleza y vencer ante la tentación (Mateo 26:41). 
  • Para fortalecer a otros espiritualmente (Efesios 6:18-19). 



Tenemos la promesa de Dios de que nuestras oraciones no son en vano, aún si no recibimos específicamente lo que pedimos (Mateo 6:6; Romanos 8:26-27). Él ha prometido que cuando oremos por cosas que estén de acuerdo a Su voluntad, Él nos las concederá (I Juan 5:14-15). 

Algunas veces Él retarda sus respuestas, de acuerdo a Su voluntad y para nuestro beneficio. En estas situaciones, debemos ser diligentes y perseverantes en la oración (Mateo 7:7; Lucas 18:1-8). 

La oración no debe ser vista como el medio por el cual Dios cumple nuestra voluntad en la tierra, sino como el medio para hacer que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra. La sabiduría de Dios excede sin medida a la nuestra. 

En situaciones en las que no sabemos específicamente cuál sea la voluntad de Dios, la oración es el medio para discernirla. Y, especialmente, en situaciones que se nos escapan de las manos o en las que ya no hay nada humanamente humano que podamos hacer, Dios muestra Su poder a través de nuestra oración. 

La falta de oración demuestra falta de fe, y falta de confianza en la Palabra de Dios. Oramos para demostrar nuestra fe en Dios, que Él hará conforme a lo que ha prometido en Su Palabra, y bendecirá nuestras vidas abundantemente, más de lo que pudiéramos esperar (Efesios 3:20). 


El Desierto 

El desierto es indispensable en el itinerario del corazón a dios. El desierto te expone, en desnudez total, ante el misterio de Dios que envuelve. Nada ni nadie podrá interferir tu encuentro, “lo verás cara a cara, y llevarás su nombre en tu frente” (Apocalipsis 22,4). Sé consciente de que el lenguaje del Amor te es revelado como don del Espíritu que te capacita para entenderlo y vivirlo. 


El desierto es el lugar del despojo del propio yo. La inmensa aridez que te rodeará, hará desaparecer de ti todas aquellas cosas que no son imprescindibles en tu vida. Desnudará tu alma, y te despojará de todo, incluso de lo que consideras como más amado. El desierto te libera, te ayuda a comprender las cosas desde dentro, desde otra perspectiva que todo tiene en Dios. 

En la biblia encontrarás los siguientes pasajes: 

“Huiré lejos, y moraré en el desierto” (Salmo 54:8)

“Tornará su desierto en vergel, y su soledad en paraíso de Yavé” (Isaías 51:3)

“La seduciré, la llevará al desierto y le hablaré al corazón” (Oseas 2:16). 

Gracia de predilección es la que Dios te da con traerte al Desierto. Pese a tus lecturas y a lo que llamas tu experiencia, no sabes, al entrar, lo que la soledad del Desierto te reserva. Aquí, como en todas partes, no hay dos almas que sigan exactamente la misma pista; Dios no se repite en sus creaciones. Muy pocas veces o tal vez nunca, Él revela por adelantado sus designios. 

“Él te condujo por el desierto, y en esa tierra seca y sin agua ha hecho brotar para ti un manantial de agua de la roca dura” (Deuteronomio 8,15). 

En el desierto la oración se simplifica mucho: descubres que orar es ser simplemente tú, ante Él. Porque nada ni nadie te condiciona, te limitarás a estar, en la transparencia de tu realidad ante Dios, al que buscas porque lo añoras, con un amor cada vez más fuerte. Y aprendes a vivir con un amor confiado, abandonado, en medio del desierto, y sumergido en el mar del Amor… consumido por su agua. 

Entra en el Desierto, humilde y sosegado. Al Dios que te espera, la única cosa de valor que le has de presentar es tu entera disponibilidad. Cuanto más ligero sea tu equipaje humano, cuanto más pobre seas de lo que estima el mundo, mayor será tu oportunidad de éxito, ya que Dios gozará de mayor libertad para manejarte. Dios te llama a vivir a solas con El. 

El Reto 

A partir del próximo domingo 10 de septiembre y por 7 días, hasta el sábado 04 habrá un post diario que se publicará en Instagram @creciendoenoracion a las 9:00 a.m (GMT -4) que incluirá: 

En la parte superior derecha, la identificación del Día; seguidamente el Desafío de Oración, que será el motivo por el cual oraras ese día; el Desafío de Ayuno, que será tu sacrificio personal para ese día en adoración a Dios y finalmente los Versículos de Apoyo, que te ayudarán con tu propósito de oración diario. 

No olvides cada día, antes de iniciar tú desafío de oración, la Invocación del Espíritu Santo

Para el día 7, nuestro último día para este reto, tendremos un Desierto, el cual consistirá en una especie de retiro de 8 horas para Orar con nuestro Padre acompañado de un Ayuno por todo ese tiempo, es decir, dos comidas (desayuno y almuerzo). Para este día en especial te recomiendo buscar un lugar como un parque, una montaña, la playa, el desierto, etc., un espacio donde te sientas cómodo y abunde el silencio, donde puedas lograr una mayor comunicación con Dios. Durante este día, te recomiendo utilices varias de las Modalidades de Oración que hemos compartido contigo, en especial La Oración con La Naturaleza y La Oración de Abandono. Asimismo, te recomiendo que te prepares muy bien para vivir este día con Dios, para ello consulta el post sobre ¿Cómo vivir un Desierto?.

Únete y reta a otros a orar, la oración compartida es más efectiva... 

Te invitamos a seguir mejor este desafío a través de la etiqueta #reto7diasAyunoyOracion

Que Dios te bendiga...

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